A veces cambiamos tantas veces de hobby,
deporte, carrera, colegio, trabajo, estilo al vestirse, carácter, sentimientos,
etc. que nos sentimos perdidos. Porque en la búsqueda de nuestra identidad
probamos tantas cosas distintas que no sabemos ya quiénes somos o cómo somos.
Sin embargo, esto no tiene por qué ser malo, al contrario, cuando no sabemos
quiénes somos significa que hemos roto el molde de tal manera que no nos
parecemos en nada a nadie… y eso solo puede significar que al fin somos
simplemente nosotros mismos en esencia. No tenemos definición.
Y… ¿quién desea
ser definido en unas pocas líneas?
Yo no.
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