Me observó, con esos grandes ojos
almendra, abrir la puerta del cuarto y volver a cerrarla en cuanto entré. Ella
me esperaba en la terraza, contemplando la ciudad, y sus invitados seguían de
fiesta en el resto del departamento, nadie había notado nuestra ausencia.
A un lado, había un jacuzzi con el
motor apagado; aunque el agua turbia denotaba que hacía poco había estado
encendido. Además, sólo quedaban unos cuantos pétalos de rosas en la
superficie, mientras la persona que los había puesto ahí solo llevaba un traje
de baño. Esta, se acercó peligrosamente al borde de la baranda que le impedía
caer 10 pisos, me miró, se dio la vuelta y se quitó la parte de arriba del
atuendo.
—¿Qué haces? —pregunté asombrado,
todo era muy extraño.
—Al lugar a donde voy no necesitaré
esto —replicó y arrojó lo que le quedaba de ropa al suelo, quedando totalmente
desnuda.
Yo sólo quedé estupefacto. Acaso
ella pensaba…
—Susan… hay muchas personas que te
quieren… —mencioné con la voz apagada, mientras ella miraba hacia abajo, hacia
la calle, hacia el abismo.
—Lo sé, mis padres se acaban de ir
en ese auto de allá —dijo señalando con el dedo —por eso hoy me iré a la
cama contigo.
Y tras guiñarme un ojo se abalanzó
sobre mí.
Hola te he otorgado el premio one lovely blog
ResponderEliminarte espero aqui:
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pasate un ratito
¿vale?
besos
Muchas gracias!! Ya me pasé, en cuanto haga un poco de tiempo creo una nueva Charla de Café en respuesta.
EliminarNos leemos!! ❤