La miraba yacer en el lecho,
tranquilita, risueña, mientras la briza mañanera acariciaba su nívea piel y las
cortinas de tul revoloteaban felices, como queriendo rozarla. Tapada con las sábanas
color marfil hasta la cintura, respiraba hondo, soñando en paz. —¡Que
envidia! —pensó al volverse hacia su rostro relajado, fresco, tan playa,
tan ella.
Él recostado al otro lado de la
cama la contemplaba con la comisura de los labios casi hundida, aguantando una
sonrisa. Mirándola con amargura, de esa que surge al reprimir los sentimientos
más básicos del ser. Queriendo tocarla, acercándose, deseándola, hasta quedar a
un palmo de distancia de esos sublimes labios, deseando poseerlos, hasta
sellarlos.
De pronto despertó. Miró a los
ojos a su acompañante y tembló de frío. Acababa de experimentar una sensación
congelante, que la había hecho estremecer dejándola erizada. Miró el espacio
que había en la cama, miró a través de esa persona que daría todo por un minuto
a su lado y no vio nada.
Hola!!! buenas noches... pasa por mi blog que hay un premio para vos... un abrazo!!!
ResponderEliminarhttp://almaparanormal.blogspot.com.ar/2013/10/primer-premio-al-blog.html
Muchas gracias! lo siento, he estado desaparecida de la blogsferia demasiado tiempo. Gracias!
EliminarTe he nominado a un premio en mi blog: http://bookswithsoul.blogspot.com.es/2013/11/mi-primer-premio.html
ResponderEliminarPásate para verlo :)
Besos
Gracias!! ^.^ Me siento muy dichosa de tener tantos premios jajaja, pronto crearé una entrada en agradecimiento.
EliminarMuchísimas gracias!! Ando poniéndome al día con el blog, en cuanto me desocupe crearé una nueva entrada. :)
ResponderEliminar